Los cactus, un mundo mágico e infinito que no deja de sorprenderme cada día.
Corría 1999 cuando descubrí sus magnificas flores. Ahí comenzó mi pasión.
Al tiempo, y gracias a una entrañable amiga aprendí su cultivo.
Recorrí, y lo sigo haciendo, los puntos mas remotos de Salta y Jujuy. También he comenzado a recorrer otras provincias de Argentina.
A su vez esta pasión me llevo a Chile y Bolivia, permitiéndome conocer gente extraordinaria y tener cientos de amigos.
Una pasión que no tiene limites, que me deslumbra al ver sus espectaculares flores y una pasión a la que le asigno todo mi tiempo libre.